Para poder reducir las víctimas de los accidentes en carretera debido al exceso de velocidad, la Unión Europea plantea la idea de impedir la fabricación de coches que corran más rápido de lo establecido.
Ante la existencia de coches con potencia suficiente para rebasar con mucho la velocidad permitida, el Departamento de Movilidad y Transporte de la Comisión Europea lanza una propuesta que pretende limitar la velocidad de los coches de nueva fabricación a 115 km/h.
El sistema que podría garantizar que dichas medidas fueran eficaces responde al nombre de ISA (Inteligent Speed Adaptation). Esta tecnología emplearía cámaras de reconocimiento de señales o utilizaría los satélites para detectar la posición exacta del vehículo. Si el coche se excediera de la velocidad establecida en un tramo concreto, avisaría al conductor para que redujera la velocidad y, en caso de no hacerlo, se activarían automáticamente los frenos.
Con estas medidas, pretenden reducir un 35% las muertes por carretera cada año. No ha sido muy bien recibida la noticia, no obstante la UE tiene intención de seguir adelante con la propuesta y ponerla en práctica próximamente.