Ford ha sido el primero en comercializar el cinturón de seguridad trasero hinchable. El primer coche en emplearlo ha sido el Mondeo lanzado en España a mediados de 2013. A diferencia de los airbag que generan calor al desplegarse, estos cinturones se llenan con gas comprimido frío.
Su diseño pretende reducir el riesgo de lesiones de cabeza, cuello y pecho en los pasajeros de los asientos traseros. Esta especialmente pensado para niños y ancianos, ya que son más vulnerables a las mencionadas lesiones.
¿Cómo funciona? En su uso diario, se trata de un cinturón de seguridad convencional, algo más suave y acolchado. Pero ante un accidente, el cinturón se expande para poder abarcar 5 veces más superficie corporal que un cinturón de seguridad normal. De esta manera, se dispersan las fuerzas de la colisión y no se centran en un área concreta.
Os dejamos con un vídeo donde podéis conocer mejor esta tecnología: